lunatik

mengúa guante blanco

rayo zulino sobre membranas

tabaco nocturno atorado en el cuarto

todos los hijos de la noche te deseamos

todas las ratas salen bajo tu triunfo

tan llena de pálido éxtasis

entre las sombras eyaculas tu claro

faro febril delirio de amor

tengo las manos trémulas entre ramas

trepado a los techos viendo las sombras

preñada de fulgor frío me atrapa tu enredadera

me llama tu imantación de muerte y soledad

la nochedumbre ante el círculo

hipnosis

polillas merodeando el frenesí

presas de luz y sombra

ovillo

perro que lame las botas
el bolas tristes
un aparato de rastrear lo que ignora
aquellos que buscan sólo por buscar

hace días me obsesiono
intuyendo los margenes de mi ignorancia
una lucha contra la sabandija adherida al caos
un esfuerzo por mirar en la noche entre marabuntas que recorren la cara

oh! tortura tortuga de tiempo
nunca lograr el reino
y perecer zángano
masticá lentamente mi traje
polilla
dejame encontrar la punta
en el ovillo donde reina el olvido

transcurriendo
transpirando
anfibio en tu ayuntamiento
mala yunta
selva vaga
mujer honda
de brazos de drama
me rasgás
me abrazás
me envasas en un calidoscopio
al vacío


me dilato

tengo un sueño
que dele participar de concursos
de girar la calesita
y nadie me cree la sortija
los monos se apiñan en un sortilegio
se cagan a piñas los monos
ilesos vuelven a la siguiente vuelta
como si los cocos hubieran fallado
se rascan
se rasgan
se resbalan de sus sillas
líquidos
lonjas
tragamonedas cascada
efecto domino


y no me creen
y se enchufan en sistemas
y bailan
se tiran con carne
toda esa sangre llora
la escucho
pero e´una fiesta
y los pedazos en el piso

rojizo

es el sol en el horizonte
todos van a ver
la sangre que ilumina
las babas salen de las fieras con característica pereza
las fieras entran en su baba con frenético encanto
todo el silencio
se rompe de pronto
se arrojan los monos sobre el piso terroso
lamen las vísceras la tierra
lamen pornográficos y extasiados
chupan muerden
frotan sus cuerpos unos con otros en el piso


nadie me cree
mi sortija mi carrusel
ni las vueltas del sol
que da mi amor
transcurro
me escurro entero para contar
pero nadie escuchando está
todos tironean los churrascos cinchando chillando
una vez que se sacian
inflan un vientre y juegan
apasionados también
gritan gritan
está tan lejos mi susurro de su alegría
saben su juego
lo conocen
sólo eso
estoy tan lejos del ritual
me acerco
infiltrado
chupo la tierra
muerdo un pedazo con asco
grito
mi grito entre los gritos no es faro
me desaliento
y otra vez susurro
a caballito de la calesita
a morder las nubes y llover mi espalda
mirando sin religión aquel rito

tengo pensado hacer de la calesita un tornado

para orilla

recorriendo el río despacio por la orilla
tanteando los reflejos
ruta de luz que guia en los pasos entre estalagmitas crueles
dependiendo de lazarillos rabiosos en una cueva
despojado de ojos al extravío

quiéen es papel donde juego en la casa
que por fin ha persuadido al ejecutante
indefinidamente llevará en la maleta lo que nunca usará

traigan las marcas mercernarios
lleven lepra sus ciervos
jazmines para los tuertos
todos rayados de la mismaherida mismocorte mismasuerte
mendigos de abundancia cortando el pasto

qué lugar es tu familia y dónde los metiste
cuando los leprosos rasacaban sus llagas
cómo es la metira cuando llevá el torrente sanguíneo?

conseguir una canoa y arrastrarla por la orilla
evita tropezar pero ya está lastimado
navegan otros cazadores furtivos
no querés mirar pero te chiflan te insultan
desde lejos haces señas y tu puño apretado te devuelve menosprecio
desde el pavimento la ciudad rígida contiene diversas corrientes en su útero
la noche y sus fieras patean y putean
todas sus peleas terminan en barro y pérdidas

rincones oscuros

la rata rabiosa infecta margaritas del jardín
la abeja la sabe la huele no quiere dar la vida por un rata
cavila bajo la sombra de un árbol tremendo
pero la rata anda sin sutilezas
aunque es sutil en sus tinieblas
los húmedos túneles de andar silente
que traspasan la ciudad
sus hermanos alados prefieren los cables
pero la tiniebla es de ambos
husmean sombríamente desde lo que no hemos querido ver
sacrificamos en el asco todos nuestros miedos