visitando tu interior me quedé prendado
a veces uno tiene el mundo en las manos
pero finalmente al abrir el puño se encuentra a uno mismo
solo
pequeño y frágil entre la nochedumbre que no alumbra más allá del alambrao
los críticos cítricos echan limón a los ojos
los necios que no andan con ojos te patean durmiendo en el suelo
se tropiezan y te putean
los que te aman te terminan deshaciendo en sus dudas
y ese mundo finalmente es uno contra la corriente
a veces sale el sol desde la cárcel
y te miro desnuda y ausente
la belleza puede ser tan ajena y aun así contenernos
pero yo te siento tan grande que no podría tenerte
no podría compartir mis manos para tenernos
y así abro las manos
y te llamo para que sea un abrazo
y venís y me traes tu sonrisa
y me olvido del mundo y mis manos son una prolongación de tu piel
hasta que otra vez llega ese ruido desde la calle
y vuelvo a ser sombra en la penumbra
esperando nuevamente tu nueva sonrisa
como pájaro al amanecer
para entonar la melodía de los árboles alegres
compitiendo artesanalmente con la ciudad
contrapunto hostil y grasiento
abro la mano y vuelan cien pájaros
buscando tu vuelo una vez más
cierro el puño y ya no tengo nada más que esperanzas
buscándote