se involucran con la niebla
desaparecen entre sospechas
como respiraciones que se pierden en el rumor factoril de la ciudad
enriquecidos muñecos de la noche
pterodáctilos depredando su versión de humo
quistes de la sumisión techando el cielo
y más allá mirás vos
condescendiente o no
beneficiado acaso
cuando la locura nos sanó
nos dio las dosis del veneno de dios
cualquier vino que sangre su sopor de aldea
de parrales y brisa
en la dura llanura estéril
tu brotes de soltura
parecidos a una voz
tan familiar
vuelen los pterodáctilos
techando con purulencia
ineficaces en matarlo todo
y fertilizando en la derrota del tiempo
que es cambio
dolor
resurrección
y
cambio
vuelen fallecidos
engendrando un nuevo mundo
que los olvidó los olvida y olvidará
o cambiará por tintas ineficaces
imprecisas e impresas
alguna mañana
que haya llenado este hoy
con futuros olvidos cometidos
y algunas verdades tendenciosas
que tejan el fantasma del pasado
aunque solo dibujen sus sombras