nublados de belleza gris
me encuentro ensimismado
frente a la ventana hipnótica
tributario en la contemplación
indeciso de todo
emerge en mi la frustrada categoría de humano
aquel que se detiene y vive con los ojos
aquel que se detiene y vive en el fondo
selecto parásito inmerso
muriendo como todo
qué belleza la muerte cuando acaba con lo magro
qué fiesta funesta la muerte de los santos sin redención
ahora que la primavera sabe a otoño
y la ventana atrapa humedades sublimes
ahora que todo dice ser ahora
y no es tarde
ahora que la humedad no es tarde
que las nubes no son otoño
y tarde ahora que me recuerdo aventanado
silencioso
ermitaño
coloso y huraño
ahora que ensimismado me encimo de todo
y debajo también estoy yo parasitario
puedo escribir mil veces lo que siento
pero detenido
espero
el otoño
para que me seque entre sus hojas
fumando el humo de la espera
entre la duda y la certidumbre
solo
encorvado
pequeño
desgastado
adjetivado
eternamente
como adjetivador
mientras los lobos acechan
lo que me espera
sin que intente
evitar
los
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