hojas
del desierto
abandonadas
al viento
hojas
de dulce verde
evaporando
su vida
hojas
constantes
hojas
en blanco
hojas
de murmullo
hojas
de tumulto
hojas
en el aire
jugando
con las aves
hojas
de muérdago
hojas
aferradas al árbol
con
vértigo sumisas
hojas
atacadas por insectos
hojas
en guerra enfermas
hojas
abandonadas al viento
hojas
del desierto
hojas
aplastadas
hojas
crujiendo
hojas
de fermento
esperando
elegir
hoja
nueva queriendo caer
hoja
vieja mirando hacia arriba
hojas...
que
el viento perdona
La
hoja con todo el peso del mar en su orilla
la
hoja sepultada en el peso específico de su imposibilidad
inerte
donde el viento ha perdido gobierno
una
ramita con esperanza miraba obstinación y lucha
un
cangrejo entrecejo la miraba vencida
una
formula matemática esperaba que la saquen a bailar
pero
el firmamento era una plancha
un
arrojado gritó ¿qué es la vida?
Mientras
se zambullía en la arena hasta pixelarla
en
un colapsar negro resultado de un blanco fugaz
la
vida es cada vida
ahora
mismo será la vida
donde
quieras será
cada
uno de los instantes que ofrendes
la
vida es cada uno de los instantes que somos
la
hoja puede ser avellana y salvarse en una boca en un sabor
pero
esta hoja se ha entregado a ser hoja
y
otros no le ven la vida
pero
entonces la hoja encuentra la mano
y
la mano es cada minuto de la hoja sostenida
o
la hoja es objeto de mano arbitraria
o
la voz que estás escuchando no es la hoja ni la mano
ni
tu desgracia
entonces
la mano vuelve a dejar la hoja
remordida
la mano intenta desaparecer el último momento
mira
al cielo
pide
disculpas
y
mientras eran el cielo y la mano
no
pasaban ni los pájaros
entonces
la mano pensó en los pájaros
y
se sintió un pájaro
uno
con una cola tan grande que nunca podía despegar del suelo
finalmente
la mano quiso cortar su cola
y
cayó junto a la hoja
y
el cielo no decía nada
la
mano notó como se escapaban de sí misma la sangre
que
parecía entenderse con el mar
que
se convertía en mar
se
escapaban los dedos a otra voluntad más quieta
se
escapaba la piel que parecía endurecerse como síntoma de
reprobación
y
notó que los huesos, eran tan ajenos como aquella hoja que ya no
podía sostener
entonces
el arrojado, que miraba sufrir su mano
se
tendió junto a la hoja y le dijo
la
vida es el mar y cada cosa es su alimento
la
mano no entendía como podía nombrar en partes su propio ser
entonces
¿qué es la mano?
La
mano era el cambio
la
mano era la brisa que horadaba la materia
y
la mano fue materia
ahora
era la arena que sostenía la mano
y
el mar la modificaba
para
un lado y para el otro la mecía
el
de la lapicera anotaba
lo
que él era en un lugar en el que no estaba
y
perdía en la lapicera la vida
encerrando
el futuro en una memoria
y
el de la lapicera anotaba que era la hoja quien alimentaba al mar
y
que era la mano quien arrastraba el arrojo
y
que no era el cielo el impulso
y
el de la lapicera no era más que un buey atado a su palo
entonces
un cactus cautivo hace varios ancestros
propuso
la
vida es la maceta
y
en la maceta no caben más vidas que la que conozco
el
de la lapicera escribía que el cactus no sabe de hojas
que
el cactus no sabe de manos que acarician
el
de la lapicera supo también que debajo estaba la maceta
y
la miró con desdén
y
la rozó con nausea
y
la regó de bestias
y
la vida fue cada vida
pero
sin macetas
la
vida se escapó de las macetas
como
la sangre de la mano
o
la mano del arrojado
o
la hoja del árbol
que
trascendió la maceta con raíces
y
ya nadie hablo de la vida mientras pudo sostenerla.
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