ella me habla de otro mundo
y yo constelado en su cara
la miro como perro
ella aviva esa braza
y yo me quemo de grasa
en las tropas de enunciación
yo reclamo mi alma
y ella se filtra en mis muros
y toma los ladrillos los transforma en arena
yo le regalé las perlas ásperas de mis sábanas pobres
y ella me habla de paraisos donde el dinero se derrocha
yo le doy estás palabras labradas ladradas torpes
y ella las recoje con la maravilla de su sonrisa
y yo me pregunto con los ojos orugas
y ella mariposea por el vergel
y yo solo quiero que a sus alas no las golpee mi aliento de tos
y no hay jarabe que pueda yo beber que no venga de su fruta
ahora que mi lengua se hace gusano en mi cabeza de manzana
a travez de su flecha en mi seño
mi sueño atravieza su fecha
el origen
donde no hay antes que valga este después