el globo ocular, un zepeling, tormenta, penumbra, arena en los ojos. qué dolor cerrarlos, qué dolor abrirlos
sábado, mayo 09, 2015
la parábola en voleadoras
rompe las patas del mismo camino
sorteo de sogas en pasos confusos
la noche perpetua no existe
y los pasos son más comunes
sospechan cavernas dentro de las manos
separan papel sudor y calor
frío prisión cierre de puño
más acá el antebrazo
con prepotencia plena
maneja la caricia
o los huesos limando la fachada de sus restos
meros caprichos de sol
cuelgan de la enrejada segregación de sus esperanzas
ya no bailan su terapia de fe
sino que rezagan su refrán por epitafio
porque hay siempre una pared donde suspiraran las ventanas
aunque la derriben los gestos del pavor
y la luz pertinente para cualquier mañana
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