el globo ocular, un zepeling, tormenta, penumbra, arena en los ojos. qué dolor cerrarlos, qué dolor abrirlos
martes, septiembre 15, 2015
despertares
el dominio de tu sueño castiga sobre la voluntad de existir. el presupuesto de sonido es poco y sonar es caro. parece que la mañana entra en la franja que imposta alarma, pero soy yo, quien agitado, filtra el deseo de tu cuerpo arrojado con despertarlo y vestirlo. Dejaste caer el despertametemprano, como soltando un pañuelo blanco, una mortaja, un mandato, una odisea. te llevo el café, y desaparezco, negro en la penumbra, en el peso de un cuerpo tendido; hermoso, tendido. y yo fracasando de todas formas te despierto sin que quieras, ni quiera. rendido a tu alma de voluntad horizontal. liviano, solemne, a dar un paso parado en la aguja. será que el día ira derritiendo en mi cara la disculpa y en tu cara el rencor.
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