el paso de la madrugada
el golpe de los párpados
dónde estaré temblando alguna noche de soledad
entre los caníbales que se esconden tras rostros conocidos
pude ser de cera y derretirme ante el calor
pude ser ajeno y sonreír sin razón
extraviar mis papeles y vagar sin identidad
pude quebrantar mi llanto hasta el odio y pelear
amanecer y desayunar a todos mi ira
podría podría podría pudría pudría
mi blasfemia de pensar sin actuar
mientras el río corre ante nuestros ojos
el mundo gira sin remedio bajo nuestro sueño a punto caramelo
partiendo como el río al nunca más
y aunque más vale tarde que nunca
más tarda la tarde deslizándose en ese nunca
y vale un millón salir y arrancarse
pero un millón pesa más que muchas voluntades
ah! detenido pesar ocioso entre los nunca respetarse
vacilando todo el tiempo la injusticia del tiempo y el trajín pesaroso
para qué
definitivamente siempre hay un riesgo
y todos siempre terminan perdiendo
pero hay quienes saben perder
he conocido héroes de la derrota
entre las ruinas brillando como el oro de los palacios derrocados
alfil jaque solo con su rey aunque nunca gane
y el rey lo vaya eludiendo entre las diagonales
eternamente mirando el río
como los árboles se agigantan a un costado
y beben sus raíces del brebaje que va pasando
pero indigno como aquel que quiere pero no puede
y no se mueve junto al río sino que lo mira sin mirarse a si mismo
transcurrir con evaporación como un estanque
así estoy madrugada austral
leyéndote entre la maraña de mi cabeza
que ya no sabe dónde estaré cuando amanezca
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