sábado, julio 19, 2008

MADRUGADA


 


 


 

el paso de la madrugada

el golpe de los párpados

dónde estaré temblando alguna noche de soledad

entre los caníbales que se esconden tras rostros conocidos

pude ser de cera y derretirme ante el calor

pude ser ajeno y sonreír sin razón

extraviar mis papeles y vagar sin identidad

pude quebrantar mi llanto hasta el odio y pelear

amanecer y desayunar a todos mi ira

podría podría podría pudría pudría

mi blasfemia de pensar sin actuar

mientras el río corre ante nuestros ojos

el mundo gira sin remedio bajo nuestro sueño a punto caramelo

partiendo como el río al nunca más

y aunque más vale tarde que nunca

más tarda la tarde deslizándose en ese nunca

y vale un millón salir y arrancarse

pero un millón pesa más que muchas voluntades

ah! detenido pesar ocioso entre los nunca respetarse

vacilando todo el tiempo la injusticia del tiempo y el trajín pesaroso

para qué

definitivamente siempre hay un riesgo

y todos siempre terminan perdiendo

pero hay quienes saben perder

he conocido héroes de la derrota

entre las ruinas brillando como el oro de los palacios derrocados

alfil jaque solo con su rey aunque nunca gane

y el rey lo vaya eludiendo entre las diagonales

eternamente mirando el río

como los árboles se agigantan a un costado

y beben sus raíces del brebaje que va pasando

pero indigno como aquel que quiere pero no puede

y no se mueve junto al río sino que lo mira sin mirarse a si mismo

transcurrir con evaporación como un estanque

así estoy madrugada austral

leyéndote entre la maraña de mi cabeza

que ya no sabe dónde estaré cuando amanezca

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